Las Crónicas de la Oscuridad son una serie de cuatro historias escritas por mí, de temática Pokémon, cuyos títulos son Las Cinco Estrellas de la Oscuridad, El Cometa de las Sombras, las Crónicas de Phylia: El Retorno de la Oscuridad y las Crónicas Metroid: El Legado de la Oscuridad. Aquí, en este blog, iré recopilando los capítulos y los datos de esta saga de mi creación.
domingo, 20 de febrero de 2011
- La Leyenda de los Cinco Dragones -
Permitidme que os cuente una vieja historia; en algunos casos olvidada, en otros venerada...
Hace ya muchísimos años, cinco jóvenes fueron elegidos por nosotros, los Pokémon legendarios, para salvar nuestro planeta, de nombre Celesta, de la amenaza de una nueva y brutal Tempestad Oscura. Tres humanos y dos Pokémon nos libraron de un oscuro futuro, lleno de ira y desolación a manos de los violentos y destructivos Pokémon Oscuros.
Ellos no eran héroes. De hecho, tres de ellos eran proscritos, ladrones. Los otros dos habían llegado de un lugar muy lejano y, en teoría, no estaban preparados para afrontar la misión que les encomendamos.
Pero lo hicieron. Derrotaron a los Oscuros con una eficacia asombrosa para ser la primera vez que tenían que hacer frente a una crisis así.
Tiempo después de aquel suceso, volvimos a necesitarles. Y se embarcaron en una aventura mucho más peligrosa que la anterior, saliendo también victoriosos, aunque durante aquellas dos misiones habían perdido muchas cosas.
Poseían grandes poderes elementales, y eso les salvó la vida en múltiples ocasiones. Pero no era suficiente, y decidimos entregarles las auras de cinco Pokémon legendarios para que pudiesen transformarse en uno de ellos.
Estos cinco dragones fueron Reshiram, Kyurem, Zekrom, Latias y Latios. Por ese motivo, los cinco Elegidos pasaron de ser las Cinco Estrellas Luminosas a ser conocidos como los Cinco Dragones del Equilibrio. Porque estabilizaron las descontroladas fuerzas de la Luz y la Oscuridad, asumiendo un gran riesgo.
Incluso después de aquellas vicisitudes siguieron dando mucho de qué hablar...
Y por ello, yo, que viví en primera persona algunas de estas aventuras, procederé a relatarlas y a hablaros de aquellos que un día fueron mis compañeros de viaje.
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